Juan Carlos Navarro Sánchez
El artista visual Juan Carlos Navarro nació en Guadalajara, Jalisco en 1975. Desde niño mostró habilidad por el dibujo y la pintura, la cual fue desarrollando con el paso del tiempo. Algunas de las técnicas que abordó desde la adolescencia fueron los pasteles y el acrílico. Actualmente se ha centrado en el manejo del óleo evolucionando hacia un estilo propio adquirido de manera autodidacta. Cabe destacar que su formación de Ingeniero Arquitecto ha impregnado su trabajo con un cubismo peculiar, pero aún más, con la relevancia de la luz, la figura y el espacio. Su obra ha sido expuesta en Jalisco, Ciudad de México, Zacatecas, Oaxaca, Colima, Guanajuato, entre otros lugares tanto en exposiciones colectivas como individuales. Una de las más relevantes ha sido la de París llevada a cabo en el 2015.
“Naturales” nos muestra la tranquilidad del espíritu libre personificado tanto en la parte animal como en la vegetal. Juan Carlos Navarro pretende retratar la complejidad del ser y la fuerza del acto de vivir en cada rama, hoja y fruto, pero sobre todo en el despertar espiritual que es paulatino y echa sus raíces en la mente… este despertar se nutre de pensamientos, sentimientos, nociones y conceptos plenos. Existe espontaneidad en los personajes, ya que sus follajes dispares siguen rumbos aleatorios, sin embargo, sus cuerpos humanos los comprometen a interiorizar y meditar hacia dónde se dirige su alma. Asimismo, gozan de abundancia y bienestar, emanan luz y están en paz consigo mismos, y de tal modo, conviven con otros seres diferentes unificándose en un solo individuo. En un espléndido y completo árbol de la vida dinámico.
En “Imagen Sonora Cinética” el pintor alude al imaginario del Jazz de las legendarias ciudades norteamericanas. Al parecer, la serie fue pintada al ritmo del saxofón, el piano, las percusiones y demás instrumentos de aliento y cuerdas. Juan Carlos Navarro nos introduce en las atmósferas improvisadas y alteradas que produce la síncopa musical con singular dominio de la perspectiva y de las dimensiones representadas. Sin duda, hay una desesperación, un apresuramiento y una búsqueda por la ubicuidad y simultaneidad en los primeros jazzistas del siglo pasado y esas mismas cualidades se reflejan en los trazos del autor… como si quisiera interpretar la pieza musical y pictórica a la vez fusionándolas.
“Antología” recopila a “Seres de Luz” y “En Algún Lugar”, ambas versan sobre los sueños y la imaginación ilimitados. Juan Carlos Navarro hace hincapié en el poder de la razón para construir la realidad. Las expresiones faciales bien detalladas y la disolución de lo corpóreo en forma de algo volátil nos hablan de la primacía de las ideas y de lo inmaterial. En definitiva, sus creaciones nos llevan a un universo etéreo, onírico e incorpóreo.
